

El verano y las vacaciones ya están aquí. Aunque en Galicia el tiempo no es de playa, en el Valle de Valdivielso se pueden hacer mil cosas. Y una vez más, Jokin y sus amigos han organizado un cartel de actividades para los chavales; algo que no tiene precio, porque es impagable. En agosto del año pasado pude vivir la sesión con Pedro Barcina en la iglesia del Almiñé. La dulzaina y el tambor sonaban tan fuertes, que llenaban hasta arriba el templo abarrotado de chavales. Entusiasmados todos con las explicaciones y anécdotas de Pedro, nadie adivinó, ni él mismo, que su lección magistral sería la última. Pero sus estridentes corcheas sí lo sabían, saltando inquietas desde el pentagrama para besarnos a cada uno y a cada una. Un beso de despedida que guardamos para siempre y hoy retumba en nuestro corazón.
Así que es una alegría grande ver el programa de este verano, con excursiones, músicas y otros cuentos. La vida al aire libre, al lado de un Ebro bebé, el trigo verde y los campos marrones de patatas, los caminos arcillosos y los cuchillos rocosos, las ciruelas y los tomates, San Pedro de Tejada y nuestra ermita de Santa Bárbara... Y esto no es un cuento.
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